martes, 31 de marzo de 2015

Quito

No queremos la mañana
por los colectivos
madrugar es tara
de pseudo-citadinos

Somos un Mercedes azul
sin patria, sin mucha bola
a la maternidad, nosotras
y ellos, pobres, a La Tola. 

Unos cantan en un Vicentina
Otros viajan con ansias de juego
los niños,  a tía Carolina
La abuela, descanse en San Diego.

Marinados, mareados de náuseas
dormidos de asfixia, en este playón 
de chullas y chagras, repletas las causas
de la misma vida; la transportación.

Se fue la hora pico, subió el policía, 
cambió la señal, la carretera eterna
Chófer, el pasaje. Despierte ¿me fía?
¿Me puede quitar la mano de la pierna? 

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