martes, 21 de abril de 2015

Poema a Víctor.

El manto está lleno de parches
coloridos y gigantes
Qué bonitos esos Andes
Qué distantes

Los parches son rugosos
y fértiles, como las madres
de frutos y troncos leñosos
de bichos y fotos de alcaldes

Me fui a conocer el manto
allí, me encontré con un niño
Su nombre era Víctor Manuel
tenía los dientes amarillos.

Cargaba costales de tierra
para complacer a la abuela
niño andino de la sierra
¿Qué haces fuera de la escuela?

Sonrisita de maíz
fruto de verdes montañas
Te notaba tan feliz
Yo te extraño
¿Tú me extrañas?

Testamento de un cura

Testamento de un cura. 


Un cirio para el Bosco 
Y un paquete de velas 
 que se enciendan los ojos 
 de ella. 

A los santos resentidos. 
Cincuenta y nueve perlas 
en un collar de plata. 
O de madera. 

Al novio, el anillo 
En vitrales fundidos 
A la novia, el manto 
De siete estrellas. 

Las disculpas más grandes 
A mi nuera, 
Por no darle marido 
y dejarla soltera.  

Para  
terrones de sal 
por si el ataque 
de almas embusteras. 

Los  caramelos 
todos comprados 
Al niño Dios 
De la carretera. 

El dinero que no tengo 
Al Estado 
…del Arte 
Sí, a la Academia. 

A Jesús, le doy mi alma 
Lo demás  
no le interesa. 

POEMAS




LA VIUDA

Laura Elizabeth Chinde

Una mujer compulsiva
dedicada a la costura
va recogiendo telas
para hacerse un manto negro.

Va llegando al cementerio
y arroja las flores viejas.
Se llena el vestido de piedras
Para espantar a los cuervos.
La llaman, su amor aparece
Consternado, a preguntarle
Entre quejas fantasmales
Si ya ha pulido los huesos
.
La mujer no contesta y barre
sobre la  tierra seca
deja en la tumba unas plantas
Y siembra algunas flores frescas.

Él le enseña las canciones
Que le susurran los muertos
Y abrazados, muy unidos
juntos van amaneciendo


En los sepulcros blancos
 invade el sepulcro silencio.
Y pasan llorando las viudas
Todas vestidas de negro.

Ella las mira en secreto
Sin llorar, a falta de muerto
ella no es viuda, es la esposa
del viejo sepulturero.

martes, 7 de abril de 2015

El tuerto.

Pienso que
las hojas de las palmeras
son como espinas y plumas

Si quienes andan solos,
se vuelven torpes,
Las luces
de nuestros ojos
son miopes